El pasado lunes, los mercados internacionales sufrieron una fuerte caída y atravesaron una de las peores jornadas desde la crisis financiera de 2008. A la incertidumbre y el temor provocado por el efecto que la expansión del Coronavirus podría tener en la economía, se sumó la inestabilidad generada por la guerra de precios del petróleo desatada entre Arabia Saudita y Rusia.
Si bien entre los principales analistas y organismos internacionales existe un consenso sobre el hecho de que el mundo podría enfrentarse a una recesión, las causas y posibles consecuencias de ésta no son tan claras. En este artículo, te damos algunas claves para entender mejor qué está pasado con la economía global.
Camino a la recesión
Para Leonardo Pizarro*, docente de la Universidad Empresarial Siglo 21(UES21), el mundo va camino a una recesión global, cuyos ingredientes ya se encontraban presentes en la economía antes del surgimiento del brote de Covid-19. Un ejemplo de éstos últimos es la caída en la demanda y en el precio de los commodities, provocada por el enfrentamiento comercial entre China y Estados Unidos. “A esa situación se sumó lo del Coronavirus y luego el conflicto entre Rusia y Arabia Saudita, por lo que los precios continuaron bajando”, explicó.
En una entrevista con SQ, Pizarro señaló que otro aspecto a tener en cuenta al momento de analizar la situación actual es que quizás ciertas medidas implementadas por los bancos centrales, por ejemplo el recorte de tasas de interés, ya no tengan el efecto expansivo que solían tener. “En definitiva, nos encontramos camino a una recesión global con números muy parecidos a los del año 2008”, subrayó.
Sin embargo, existen factores diferenciadores que marcan distancia entre la crisis actual y aquella que azotó al mundo entre el 2008 y el 2009. Uno de ellos, para Pizarro, consiste en la falta de espacios de coordinación que faciliten la adopción de medidas conjuntas. “Aunque quizás se generen de aquí a unos meses, en 2008 nos encontrábamos en una especie de auge del multilateralismo en el que se proponían soluciones acordadas entre países”, afirmó. “Ahora nos encontramos frente a países muy importantes, como Estados Unidos, que buscan el ´sálvese quien pueda´ y defienden una especie de nacionalismo económico o, como muchos autores lo llaman, el neomercantilismo. La crisis del Coronavirus demuestra que no ha habido una respuesta global”, agregó.
Su opinión se encuentra alineada con el análisis de la profesora y economista del IE Business School, Gayle Allard, quién aseguró en la Revista Fortuna que la situación actual le enseña al mundo una importante lección: “la globalización puede tener efectos negativos muy graves si los países no logran articular una respuesta adecuada”, subrayó.
Los efectos de la crisis
Tom Orlik, economista jefe de Bloombergs Economics, aseguró a la BBC Mundo que el Coronavirus amenaza con “paralizar el crecimiento global». En efecto, dicho medio afirmó que, en el peor de los casos, el costo mundial de la epidemia podría alcanzar los 2,7 billones de dólares.
Sin embargo, si bien el brote de Covid-19 ocupó un rol fundamental en el origen de la crisis actual, es posible que éste sea también un acelerador de ciertas tendencias ya presentes en la economía mundial. En este sentido, Pizarro aseguró que la situación actual puede acentuar la creciente importancia de los intercambios de servicios dentro de las cadenas de valor internacionales, en detrimento del comercio de bienes.
“Por otro lado, la crisis del Coronavirus y todo el efecto que ha tenido en China, con la caída de la producción industrial este primer trimestre y la reducción del crecimiento de ese país, que este año va a ser muy importante, es lo que llevó a esta guerra de petróleo entre Arabia Saudita y Rusia”, agregó.
Lo cierto es que los efectos que el brote tiene en la economía internacional son muchos. En primer lugar, que la enfermedad haya surgido y afectado principalmente a China no es un dato menor. El gigante asiático ha sido el motor del crecimiento global en los últimos años, llegando a representar hasta el 30% de éste último, según Allard. Por lo tanto, un freno en sus previsiones de crecimiento tendrá consecuencias a nivel mundial.
Otro punto importante es el shock en la demanda global que se produce debido a la pandemia. El aislamiento y la cuarentena de grandes porciones de la población mundial reduce el consumo de numerosos bienes y servicios, lo cual a su vez afecta a la producción, a las cadenas de suministro, al empleo y a los ingresos. Las industrias del transporte, especialmente el aéreo, y del turismo son las más afectadas.
Para ampliar: Coronavirus, crisis económica y renta básica. (El País, 12 mar. 2020)
¿Qué pasó con el petróleo?
La epidemia de Coronavirus ha provocado una caída en la demanda mundial de crudo mayor a la producida durante la Gran Recesión. Se estima que la sobreoferta de petróleo es cercana al 4%, lo que provoca el colapso de los puntos de almacenamiento y la disminución del precio del barril.
Ante el temor de que esto se profundice, los países miembros de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) decidieron reunirse el 5 de marzo en la ciudad de Viena, para negociar una baja en los niveles de producción y frenar así la caída de los precios.
Según detalló El País, en el encuentro los ministros de Energía de los 13 países miembros acordaron producir 1,5 millones de barriles menos por día hasta el 30 de junio de 2020. No obstante, para que el acuerdo pudiese ser aplicado de manera efectiva, debía además ser aceptado por otros 10 países socios de la organización, entre los cuales se encuentra Rusia, el tercer productor mundial de crudo (superado sólo por Estados Unidos y Arabia Saudita).
El Estado soviético, sin embargo, rechazó la oferta y provocó una caída aún mayor del valor mundial del crudo, que alcanzó mínimos históricos. La respuesta de Arabia Saudí a la negativa no se hizo esperar: su petrolera estatal, Aramco, aumentó la producción, iniciando así una guerra de precios que busca acaparar más mercados y eliminar la competencia rusa. El país árabe es el líder de facto de la OPEP y tiene una ventaja sobre el resto de los miembros: su producción seguiría siendo rentable aún si el precio del barril cayera a un nivel cercano a los 20 dólares.
Para ampliar: El coronavirus pone a prueba a una OPEP en apuros (El País, 1 mar. 2020)
Perspectivas a futuro
Según El País, las perspectivas de los analistas respecto a la recuperación de la economía mundial se han modificado en los últimos días. Si antes se esperaba una repunte una vez superada la incertidumbre, ahora se pronostica una caída durante el primer semestre de 2020 y una recuperación más lenta en la segunda mitad del año. “La economía mundial tomará forma de U durante los próximos trimestres”, aseguró Joachim Fels, asesor económico global de la gestora de fondos Pimco, al medio español.

En esta línea, el FMI anunció la semana pasada que, muy probablemente, la economía mundial crecerá en 2020 menos que en 2019. Según un informe publicado por el organismo, las cadenas de suministro se verán afectadas y se debilitará la demanda doméstica. Por ese motivo, el Fondo anunció un paquete de 50 mil millones de dólares destinado a ayudar a los países más pobres y emergentes a combatir la expansión del Covid-19.
En Latinoamérica, el impacto de la crisis también puede ser grande. Para Pizarro, los países del continente enfrentan una especie de “tormenta perfecta”, que combina demandas sociales con escasez de divisas. De este modo, la baja en el precio de los commodities impedirá a los gobiernos adoptar políticas fiscales expansivas que puedan aportar soluciones a las protestas y exigencias desatadas a fines de 2019.
En su balance final, Pizarro no es optimista. “Sin hacer futurología, creo que la recesión económica global se va a ir acentuando y que la crisis de la gobernanza global y del multilateralismo se va a seguir manteniendo. Va a ser difícil volver a una situación de mayor coordinación de los países”, agregó.
*Leonardo Pizarro es Lic. en Relaciones Internacionales por la Universidad Empresarial Siglo 21 y docente de dicha casa de altos estudios. Actualmente, es Maestrando en Economía Pública y Políticas Económicas, Sociales y Regionales (FCE-UNC)
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