Este año, el día martes 3 de noviembre, los ciudadanos norteamericanos acudirán a las urnas para elegir a quien será su Presidente por los siguientes cuatro años. Mientras que Donald Trump se alza como el líder del Partido Republicano, los demócratas deben atravesar un largo proceso de elecciones primarias para definir a su candidato, quien luego se enfrentará en los comicios generales con el actual ocupante de la Casa Blanca.
La carrera hacia la presidencia de Estados Unidos es larga y un poco compleja. A continuación, te presentamos algunos puntos importantes para entender qué está pasando en las elecciones norteamericanas y qué podemos esperar en el futuro.
Una breve explicación sobre el sistema electoral de EUA
Cada cuatro años, los ciudadanos norteamericanos eligen a su Presidente y Vicepresidente mediante un sistema indirecto, a través de un Colegio Electoral. El proceso consta de varias etapas: en primer lugar, cada partido político (Republicano y Demócrata) elige a su candidato en las elecciones primarias. Éstas pueden iniciar con más de un año de antelación a los comicios generales y, según cada Estado, adoptar distintos formatos: elecciones primarias propiamente dichas y caucus o asambleas. En ambas modalidades, sin embargo, los votantes eligen delegados de cada Estado que luego votarán por uno u otro candidato en la Convención Nacional de su partido.
Posteriormente, los nominados de cada partido se enfrentan en las elecciones generales, que se llevan a cabo, según una ley de 1845, “el martes después del primer lunes de noviembre”. Ese día, cada ciudadano asigna su voto a un “compromisario” (o delegado estatal) que luego votará por el candidato de su partido en el Colegio Electoral. Éste órgano federal está conformado por 538 delegados y, para convertirse en Presidente, un candidato necesita obtener al menos 270 votos. Si bien el voto de cada delegado se conoce de antemano, (se supone que apoyará al candidato de su propio partido), en ocasiones ha habido sorpresas.
Para entender mejor cómo funciona el sistema electoral en Estados Unidos, te recomendamos este breve video explicativo de France24:
Para ampliar: “Elecciones en Estados Unidos 2020 | 10 claves para entender la carrera hacia la Casa Blanca que arranca este lunes” (BBC, 3 feb. 2020) y “¿Cómo funciona el sistema electoral en Estados Unidos?” (EOM, 6 ago. 2019).
Las primarias demócratas
Este año, mientras que Donald Trump no cuenta con rivales significativos que le disputen la nominación republicana, el Partido Demócrata se encuentra inmerso en un largo proceso de elecciones primarias.

Éstas comenzaron formalmente el 3 de febrero con el caucus de Iowa que, tras numerosos conflictos en el recuento de los datos, dio como ganador al ex-alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg. Luego siguieron las primarias en New Hampshire, que finalizaron con Bernie Sanders obteniendo un ajustado primer puesto, y los caucus de Nevada, en los que el Senador Sanders obtuvo una victoria holgada gracias al voto latino. Posteriormente, se realizaron primarias en el Estado de South Carolina, en las que el ex vicepresidente de Obama, Joe Biden, ganó por un margen cercano a los 20 puntos gracias al voto afroamericano.
Tras la contundente victoria del ex-vicepresidente, los precandidatos Pete Buttigieg y Amy Klobuchar decidieron apoyarlo y renunciar a sus postulaciones. El gesto fue interpretado como un intento de evitar la escalada de Bernie Sanders, quien hasta ese momento llevaba la delantera y es considerado una figura disruptiva dentro del partido. En efecto, mientras que Joe Biden es la opción demócrata más moderada o «centrista», Sanders pertenece al bando más liberal o progresista, reconociéndose incluso como un “socialista democrático”.
La prueba de fuego: el Super Tuesday.
Sin embargo, el turning point de las primarias demócratas ocurrió el pasado martes 3 de marzo, en el denominado “Super Tuesday”, considerado la segunda jornada más importante del calendario electoral norteamericano. Ese día se llevaron a cabo elecciones en 14 Estados y en el territorio de Samoa Americana, definiéndose 1/3 de los 3979 delegados que participarán en la Convención Nacional Demócrata del 13 de julio.
Estados de todo el país, desde California en la costa oeste hasta Maine en el extremo noreste, participaron de la votación. El evento abarcó bastiones tradicionalmente demócratas como Massachusetts; republicanos, como Texas; y otros más bien pendulares, como Colorado y Virginia, en los que el partido ganador varía año a año. A diferencia de primarias anteriores, como las de Iowa o New Hampshire, en las que el electorado fue mayoritariamente blanco, el Super Tuesday incluyó Estados con poblaciones muy diversas, brindando mayor información demográfica sobre el perfil de los votantes de cada precandidato.

Para ampliar: Analysis | What is Super Tuesday and why is it important? (Publicado por el Washington Post el 24 feb. 2020).
Luego de las bajas de Buttigieg y Klobuchar, cuatro precandidatos compitieron en el Supermartes: Biden, Sanders, el magnate y ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, y la Senadora por Massachusetts, Elizabeth Warren. Gracias al apoyo de sus compañeros y al impulso recibido por su victoria en South Carolina, Biden triunfó en 10 de los 14 Estados participantes. Se trató de un repunte sorpresivo e interesante, que le permitió arrebatarle el liderazgo a su principal rival: Bernie Sanders. Este último ganó en los restantes 4 Estados incluyendo California, aquel que posee mayor cantidad de delegados.
Luego de no obtener buenos resultados en el Super Tuesday, Warren dio un paso al costado. Esto podría beneficiar a Bernie ya que ambos son considerados la opción más a la izquierda o “progresista” del partido y, a pesar de previos enfrentamientos mediáticos, poseen ideas y propuestas en común.
Por su parte, y pese a haber gastado más de 500 millones en publicidad, Michael Bloomberg no logró una buena elección y sólo ganó en el territorio de Samoa Americana. En consecuencia, también él decidió renunciar a su candidatura y apoyar a Joe Biden, lo que le permite a este último concentrar todos los votos moderados.
En síntesis, sólo dos candidatos sobrevivieron al Super Tuesday y lograron polarizar la interna demócrata: el centrista Joe Biden y el progresista Bernie Sanders. A partir de ahora, ambos candidatos competirán por ser considerados la «opción segura», capaz de evitar la reelección de Trump en Noviembre. Aún quedan primarias en 33 Estados y más de 2700 delegados por repartir. Si bien para convertirse en el nominado del partido un candidato necesita 1991 votos en la Convención nacional, ambos están todavía lejos de la meta.
Lo cierto es que los resultados del Super Tuesday, el repunte de Biden y la renuncia de los demás candidatos han dejado un punto muy en claro: en estas internas, un solo día puede cambiarlo todo.