«Negociación a dos velocidades»: la propuesta de Argentina frente al Mercosur

Si sólo tenés 5 minutos:

  • El 24 de abril, Cancillería argentina anunció que se apartaba de las negociaciones que el Mercosur mantiene con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá y la India para establecer Tratados de Libre Comercio (TLC), bajo el argumento de que dichos acuerdos afectarían a la industria nacional en un contexto de crisis.
  • Días después, el gobierno formuló una nueva propuesta: entablar un sistema de negociación de dos velocidades, que le permitiría a cada estado miembro avanzar a su propio ritmo. Para muchos, esto implica una flexibilización del Mercosur, que hasta el momento sólo permitía negociar TLC con terceros países de manera conjunta.
  • Si bien la propuesta aún no ha sido aprobada y las negociaciones continúan en curso, las diferencias internas siembran dudas sobre el futuro de la integración regional y del vínculo Argentina – Brasil, cuya importancia no es sólo económica sino también geopolítica y estratégica.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, junto al canciller argentino, Felipe Solá. Foto: Cancillería argentina.

El pasado viernes 24 de abril, a través de un comunicado de prensa, la Cancillería argentina anunció que el país se apartaba de las negociaciones que el Mercosur mantiene con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá e India para establecer Tratados de Libre Comercio (TLC). La decisión fue rechazada por sectores de la oposición y causó revuelo en medios nacionales e internacionales , con expertos afirmando que Argentina se había retirado del bloque regional. La situación llevó al Ministro de Relaciones Exteriores del país, Felipe Solá, a aclarar que el estado argentino continúa siendo parte del organismo, pero que propone una dinámica de negociación basado en velocidades asimétricas.

Si bien la propuesta aún no ha sido aceptada por los restantes estados miembros y las negociaciones continúan en curso, las diferencias planteadas abren interrogantes sobre el futuro de la integración regional y de la relación de Argentina con sus países vecinos.

MERCOSUR A DOS VELOCIDADES: LA PROPUESTA ARGENTINA

Teleconferencia mantenida con Coordinadores Nacionales del Mercosur el 30 de abril de 2020. Foto: Cancillería argentina.
Mediante un hilo en Twitter, el Ministro de Relaciones Exteriores
Felipe Solá defendió la postura argentina.

La oposición de Argentina a las negociaciones de acuerdos de libre comercio con países como Corea del Sur se fundamenta, según el gobierno, en la necesidad de proteger la industria nacional de la competencia extranjera, en un contexto de crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus. «La Argentina dejó en claro que la incertidumbre internacional y la propia situación de nuestra economía aconsejan detener la marcha de esas negociaciones», aseguró Cancillería mediante un comunicado oficial emitido el 24 de abril. Su posición abrió una disputa con los restantes socios del bloque – Brasil, Uruguay y Paraguay – que buscan alcanzar dichos acuerdos a toda costa.

Días después, tras mantener una reunión con los Coordinadores Nacionales del Mercosur, el canciller Felipe Solá pareció bajar el tono de la discusión y presentó la propuesta argentina: un esquema de velocidades asimétricas, que le permitiría a cada país avanzar en las negociaciones a su propio ritmo, sin incluír en ella los acuerdos ya firmados con la Unión Europea y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA). De aprobarse, la medida no implicaría una ruptura sino más bien una flexibilización del espíritu del bloque, resumido en la Decisión 32/00, que obliga a los estados miembros a negociar de manera conjunta los acuerdos comerciales con terceros países.

«La Argentina ratificó lo expresado en la videoconferencia del 24 de abril respecto de la necesidad de avanzar en la búsqueda de soluciones conjuntas que permitan a los países del bloque avanzar a ritmos diferenciados en la agenda de relacionamiento externo

COMUNICADO DE PRENSA OFICIAL DE CANCILLERÍA ARGENTINA, PUBLICADO EL 30 DE ABRIL DE 2020.

Según afirma el diario La Nación, con su propuesta el gobierno argentino busca despejar las dudas sobre la permanencia del país en el bloque y ganar tiempo, mientras intenta convencer a sus vecinos sobre los posibles daños que la apertura comercial podría inflingir en la economía nacional. «En este contexto, la nueva posición argentina de acompañar el proceso a su ritmo se entiende como mucho más adecuada que la de permitir que los socios sigan por su lado», subrayó en Infobae Damián Paikin, investigador del Centro de Estudios de la Estructura Económica de la Universidad de Buenos Aires.

Para ampliar: «¿Es deseable un Mercosur a dos velocidades? Las posibles consecuencias para la Argentina» (Publicado por Damián Paikin en Infobae, el 2 de mayo de 2020).

OPINIONES ENCONTRADAS

El excanciller argentino, Jorge Faurie. Foto: G20 Argentina.
El excanciller, Jorge Faurie, manifestó su rechazo a
la postura adoptada por el gobierno del presidente
Alberto Fernández.

La decisión del gobierno argentino provocó el fuerte rechazo de algunos sectores de la oposición. Jorge Faurie, canciller durante la gestión del expresidente Mauricio Macri, consideró a la medida como un error estratégico y aseguró a La Nación que se trataba de «una puñalada al compromiso argentino con la región». Por su parte, el ex Embajador de Argentina ante Naciones Unidas, Fernando Petrella, afirmó en una columna publicada en Infobae que la medida compromete la confianza del país no sólo al interior del Mercosur sino también en el trato bilateral cotidiano con sus vecinos. «No estamos facilitando la renegociación de la deuda, la repatriación de capitales, las inversiones y las generación de empleo. Estamos, lamentablemente, haciendo lo contrario a nuestros reales intereses», destacó.

Las entidades agropecuarias argentinas, que conforman la Mesa de Enlace, también se sumaron al reclamo a través de un documento elaborado por el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (SRA), titulado «Agenda Mercosur y Agroindustria: Impacto de un posible abandono de las negociaciones». En dicho informe, los miembros de la SRA sostuvieron: «si Argentina persevera en llevar adelante estas negociaciones junto a sus pares del bloque, estos acuerdos podrían contribuir al aumento de la actividad económica y a la mejora del balance comercial, dos factores que son importantes para la salida económica del país».

Por su parte, la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación de la Industria de Brasil (CIB) emitieron una declaración conjunta en la que señalan sus preocupaciones respecto al posible establecimiento de un acuerdo de libre comercio con el país asiático, destacando «la mayor capacidad de competir de la producción industrial de Corea, que cuenta con baja competencia interna, con una posición dominante en sectores como electro-electrónica, acero, químico, el sector automotriz (vehículos terminados y autopartes), entre otros».

LA IMPORTANCIA DE LA INTEGRACIÓN REGIONAL

El presidente Jair Bolsonaro recibió al Canciller Felipe Solá, al Secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, y al nombrado embajador en Brasil, Daniel Scioli. Foto: Cancillería argentina.

La eventual salida del Mercosur tendría para la Argentina consecuencias económicas muy negativas. En 2019, según detalla el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), cerca del 19% de las exportaciones del país se dirigieron al mencionado bloque, lo que significó una balanza comercial favorable de US$448 millones. Además, el Mercosur constituye la octava economía global y representa el principal destino de exportación para 10 provincias argentinas, resultando un mercado crucial para el sector automotriz, el complejo siderúrgico y la industria de alimentos como trigo, lácteos, cebada, peras, manzanas, papas y pescados, entre otros.

Asimismo, de aumentar las fricciones internas la relación de Argentina con el gobierno de Bolsonaro también podría estar en riesgo. Según afirma Paikin, el principal problema estructural que enfrenta el país consiste en defender sus privilegios en Brasil, su principal socio comercial. «Si queremos un modelo de desarrollo diversificado no podemos bajo ningún aspecto perder el mercado brasileño que, por cierto, ya hoy se está achicando además de por las crisis económicas y pandémicas, por el reemplazo de proveedores argentinos a manos de empresas chinas», subrayó el investigador argentino. Por su parte, Francisco de Santibañes, Secretario General del Consejo Argentino de Relaciones Internacionales (CARI), coincidió en destacar la importancia del vínculo bilateral: «creo que, tanto en el interés de Brasil como en el de Argentina, la mejor estrategia consiste en afianzar la relación y no en debilitarla», aseguró en una entrevista mantenida con Statu Quo.

El vínculo comercial con Brasil es especialmente importante para el sector agropecuario, principalmente para la producción de trigo. Según destaca La Nación, en 2019, la Argentina le vendió al país vecino 5,39 millones de toneladas del cereal y cubrió el 82% de sus necesidades. Es importante destacar que el trigo argentino cuenta con la protección del Arancel Externo Común (AEC), que encarece en un 10% la compra de alimentos por fuera del bloque. «Para el caso del trigo, los riesgos pasan más por la posibilidad de perder una porción del mercado de Brasil, que por la posibilidad de ingresar en terceros mercados. Esta situación obligará a los productores argentinos a tener que trabajar su productividad para seguir ofreciendo el trigo en condiciones competitivas y así poder aprovechar las ventajas de la cercanía», afirma el informe elaborado por la SRA.

Sin embargo, la relevancia de la relación Argentina – Brasil trasciende el ámbito económico y cuenta con importantes raíces geopolíticas. En un contexto internacional incierto, marcado por el enfrentamiento China – Estados Unidos, resulta fundamental que las principales potencias de la región fortalezcan sus vínculos y establezcan posiciones comunes. En diálogo con Statu Quo, Francisco de Santibañes afirmó: «La tensión entre Estados Unidos y China puede llevar a que aumente la conflictividad en la región, a no ser que los dos países más importantes de Sudamérica – Argentina y Brasil -coordinen su posición en ciertos temas». Parece ser que tanto el gobierno de Alberto Fernández como el de su par, Jair Bolsonaro, tienen por delante el enorme desafío de arribar a consensos y acercar posiciones, privilegiando cuestiones estratégicas y de largo plazo por sobre sus profundas diferencias ideológicas.

Para ampliar: «Argentina, Brasil y los peligros de ideologizar la política exterior» (Publicado por Francisco de Santibañes en Infobae, el 18 de abril de 2020).

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