Crónica de una odisea

Si sólo tenés 5 minutos:

  • Entre el 17 y el 21 de julio, los líderes de los 27 países integrantes de la Unión Europea (UE) se reunieron en Bruselas para discutir dos cuestiones que definirán el futuro del viejo continente: el Marco Financiero Plurianual (MFP) y el Plan de Recuperación Económica.
  • En la madrugada del martes, los gobiernos lograron aprobar un histórico acuerdo para la recuperación económica europea. Sin embargo, también existen algunos descontentos.
  • Más allá del Plan de Recuperación económica, el MFP debe contar con la aprobación del Parlamento Europeo para entrar en vigencia. El pasado jueves, la Eurocamara anunció que no dará su visto bueno al menos que se ejecuten algunas modificaciones.
Foto: Unión Europea.

Entre el 17 y el 21 de julio, los líderes de los 27 países integrantes de la Unión Europea (UE) se reunieron en Bruselas para discutir dos cuestiones que definirán, en gran medida, el futuro del viejo continente: el Marco Financiero Plurianual (el presupuesto para el período 2021 – 2027) y el Plan de Recuperación Económica, denominado Próxima Generación UE. Según detalló Clarín, ambos proyectos suman un total de 1,824 billones de euros: 1,074 billones para el primero y 750.000 millones para el segundo.

Luego de intensos debates mantenidos los días 17, 18, 19 y 20 de julio, las negociaciones finalizaron en la madrugada del martes 21, lográndose un acuerdo que dejó satisfechas a todas las posiciones. La principal división se dió entre los países del sur, con Italia y España a la cabeza, cuyas economías han sido gravemente afectadas por la pandemia; y los Estados del norte, con una situación más sólida, que buscaban limitar el tamaño del fondo de recuperación e instalar controles estrictos para el desembolso de las ayudas.

De acuerdo con la revista Time, se estima que la pandemia de coronavirus contraerá en 8,3% la economía de la UE, desatando – según la canciller alemana Angela Merkel – la mayor crisis de la historia del organismo. Como resultado, los líderes se enfrentan al monumental desafío de poner en marcha un plan que acelere la recuperación económica y logre satisfacer todas las demandas.

El Plan de Recuperación europeo: la propuesta inicial

Video: Euro News.

El pasado 27 de mayo, la Comisión Europea presentó un Plan de Recuperación Económica para hacerle frente a la crisis provocada por la pandemia de coronavirus, denominado Próxima Generación UE. De acuerdo con la Comisión, se trata de un refuerzo de 750.000 millones de euros al Marco Financiero Plurianual, destinado a facilitar la recuperación y fortalecimiento de las economías europeas en el período 2021-2024. Como resultado del proyecto, el presupuesto de la Unión se elevaría a cerca de 1,825 billones de euros.

Según detalló el Real Instituto Elcano, Próxima Generación UE se financiaría con la emisión de una deuda comunitaria extraordinaria con cargo a los futuros presupuestos, la cual se reembolsaría entre 2028 y 2058. En la propuesta se incluyó, además, la posibilidad de sustituir parte de las contribuciones por Renta Nacional Bruta (RNB) de los Estados miembros con nuevos recursos comunitarios, como un impuesto a las emisiones de carbono o a los plásticos no reciclables. De acuerdo con un informe presentado por la Comisión, para lograr un mayor capacidad crediticia el organismo propone modificar la Decisión sobre el sistema de Recursos Propios, es decir, el texto jurídico en el que se establecen las condiciones para financiar el presupuesto de la UE.

En pocas palabras, la Comisión busca aumentar temporalmente el importe máximo de recursos anuales que la UE puede solicitar a los Estados miembros para financiar sus gastos – denominado límite máximo de recursos propios – en 0,6 puntos porcentuales, llevándolo hasta el 2% de la Renta Nacional Bruta. Esto, a su vez, aumentaría el margen de maniobra de la organización – es decir, la diferencia entre el límite máximo de recursos propios y el límite máximo de pagos con cargo al presupuesto – que será utilizado como garantía del empréstito.

Fondos del Plan europeo de recuperación económica Próxima Generación UE. Fuente: Consejo Europeo.

Según el Real Instituto Elcano, de los 750.000 millones de euros comprendidos en el Plan de Recuperación europea, la propuesta inicial destinaba 433.000 millones a transferencias, 250.000 millones a préstamos y 67.000 millones en provisión para garantías. De acuerdo con la Comisión, los fondos podrán canalizarse hacia programas del Marco Financiero Plurianual (ya sea a iniciativas nuevas o a instrumentos renovados) en forma de subvenciones o garantías presupuestarias; o destinarse a préstamos para que los Estados miembros financien sus planes de reforma económica.

Asimismo, según el análisis del Real Instituto Elcano es posible identificar dos grandes líneas de gasto de la propuesta inicial: una destinada a la financiación de reformas económicas estructurales y otra vinculada a la consecución de una mayor autonomía estratégica. La primera de ellas, abarca cerca de 684.000 millones de euros y se estructura en torno al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, que financia proyectos de transición verde y digital que busquen aumentar la resiliencia de las economía nacionales y sean compatibles con las recomendaciones del Semestre Europeo. Por otro lado, el segundo eje consiste en 66.000 millones euros destinados a la autonomía estratégica y sanitaria, el fortalecimiento de la cooperación y la diversificación de las cadenas de valor del viejo continente.

Para ampliar: «Las cifras del Plan de Recuperación para Europa» (Publicado por Enrique Feás en el Real Instituto Elcano el 15 de junio de 2020).

Posiciones encontradas

Video: Euro News.

Por primera vez desde febrero, entre el 17 y el 21 de julio los líderes de los 27 Estados miembros se reunieron en Bruselas para discutir el detallado Plan de Recuperación europea. Según informó la revista Time, el ambiente de la cumbre fue de marcada irritación, gracias a diferencias y desacuerdos en temas como las condiciones de desembolso o el equilibrio entre transferencias y subsidios. Al finalizar el tercer día del encuentro, la canciller alemana Angela Merkel aseguró que, posiblemente, la Unión Europea se enfrenta al mayor desafío económico de su historia y que aún no quedaba claro si el organismo lograría acordar una solución conjunta. «Hay mucha buena voluntad pero también muchas posiciones diferentes», afirmó.

Como suele suceder, las posiciones se dividieron en grupos. Por un lado, los autodenominados «frugales», una alianza entre Dinamarca, los Países Bajos, Austria y Suecia liderada por Mark Rutte, el primer ministro holandés. Junto a Finlandia, estos países defendieron una menor cantidad de dinero y una mayor condicionalidad para el desembolso de las ayudas, además de una mayor cantidad de préstamos en lugar de transferencias o subvenciones. En concreto, solicitaron que el monto destinado a subsidios descienda de 500.000 a 375.000 millones de euros, aumentando asimismo la cantidad de dinero destinado a préstamos.

La posición de los frugales contrastó notablemente con la de los gobiernos de Grecia, España e Italia – estos últimos, los más afectados por la pandemia – que buscaban un plan de recuperación más generoso. En palabras de Kyriakos Mitsotakis, el primer ministro griego: «Si queremos ser ambiciosos, necesitaremos más recursos».

Reunión de los frugales el domingo 19 de julio. De izquierda a derecha: el primer ministro holandés, Mark Rutte; el primer ministro austríaco, Sebastian Kurz; la primer ministra finlandesa, Sanna Marin; el primer ministro sueco, Stefan Lofven y la primer ministra danesa, Mette Frederiksen. Foto: Unión Europea.

Asimismo, los países del este no estaban de acuerdo con que se incluya el respeto a los objetivos climáticos entre las condiciones para la asistencia económica, mientras que Polonia y Hungría se opusieron a las cláusulas vinculadas al mantenimiento del Estado de derecho. «Cualquier intento de vincular el Estado de derecho con el acuerdo lo convertiría inevitablemente en una disputa política. Si ambos aspectos se confundieran, no habría relanzamiento de la economía ni presupuesto», argumentó el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.

La cuestión del desembolso del dinero se ubicó en el centro de la polémica. Mientras que los frugales proponían un sistema de control y el establecimiento condiciones vinculadas a reformas económicas, los Estados del sur y del este se mostraron reacios a una posible «injerencia» de los países más ricos en el manejo de sus economías nacionales.

El primer ministro holandés, Mark Rutte, defendió la posición más exigente, reclamando que el desembolso de las ayudas sea autorizado por unanimidad en el Consejo Europeo, órgano que incluye a los gobiernos de todos los Estados miembros. Para muchos, la propuesta podía condenar a la inoperancia el Plan de Recuperación y transformarlo en un instrumento de negociación, vinculado a objetivos políticos o diplomáticos. Asimismo, Routte también exigió «garantías absolutas» de reforma económica para aquellos países receptores de subsidios, vinculadas principalmente a las pensiones y al mercado laboral. Ambos aspectos resultan políticamente sensibles para Italia y España, los países que más esperan beneficiarse de los fondos de asistencia de la Unión.

Una nueva propuesta

De izquierda a derecha: Charles Michel, presidente del Consejo Europeo; Angela Merkel, canciller alemana; Emmanuel Macron, presidente de Francia. Foto: Unión Europea.

En un intento de acercar posiciones, el presidente del Consejo Europeo Charles Michel presentó este fin de semana una nueva propuesta, que modificó algunos puntos clave del Plan de Recuperación Económica pero mantuvo su monto total en 750.000 millones de euros. De acuerdo con El País, los cambios incluyeron rebajas de 50.000 millones de euros en los fondos para subsidios y la eliminación del capítulo destinado a la recapitalización de empresas en dificultades. Además, el documento propuso un nuevo equilibrio para el reparto de fondos – 60% para subsidios y 40% para créditos, en lugar del 66% – 33% planteado por la Comisión en el Plan original – y un cheque de descuento millonario para las aportaciones de los frugales al presupuesto de la UE durante el período 2021-2027.

En cuanto al control de las ayudas, según El País Michel planteó la posibilidad de que los planes nacionales de reforma económica sean aprobados por mayoría cualificada por el Consejo de la UE, pero que el desembolso de los subsidios sean autorizados por la Comisión Europea luego del análisis del Comité Económico y Financiero, que reúne a los ministros de Economía de los 27 países miembros.

Sin embargo, la propuesta también incluyó la posibilidad de aplicar de un «freno de emergencia»: en caso de no producirse un consenso sobre las reformas económicas, un Estado puede solicitar la aprobación del desembolso en el Consejo, impidiendo la ejecución del pago hasta alcanzar la unanimidad. Si bien este último punto disgustó a muchos gobiernos y a la misma Comisión, buscó conquistar el apoyo del holandés Routte y acelerar la aprobación del Plan de Recuperación.

El acuerdo final

Charles Michel, presidente del Consejo Europeo. Foto: Unión Europea.

Tras intensas jornadas de negociación, en la madrugada del martes 21 los líderes europeos anunciaron el acuerdo final. Según informó El País, el Plan europeo de Recuperación Económica mantuvo su cifra inicial de 750.000 millones de euros, pero realizó importantes recortes en las áreas de salud, investigación y medio ambiente.

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, anunció via Twitter la llegada a un acuerdo.

En cuanto al equilibrio préstamos / transferencias, los países frugales y las economías del sur llegaron a un acuerdo: el monto final destinado a subsidios pasó de 500.000 a 390.000 millones de euros, superando los 375.000 propuestos por el primer grupo y ubicándose cerca de los 400.000 millones solicitados por España e Italia. Para ello, los gobiernos sacrificaron programas que debían ser ejecutados a nivel comunitario, vinculados a la Transición Justa para economías no verdes, I+D, el Fondo de Desarrollo Rural, Horizon EU, entre otros.

Asimismo, en lo relativo a la condicionalidad de las ayudas también se logró una posición común: se aprobó el “freno de emergencia”, como alternativa a la unanimidad planteada por Mark Rutte, el PM holandés. Por su parte, Polonia y Hungría lograron que se suavizara la terminología utilizada para exigir el respeto al Estado de derecho como requisito para el desembolso de ayudas.

«Es histórico. Renovamos nuestros votos matrimoniales por 30 años. Europa permanece de pie, fuerte y erguida», declaró Michel, presidente del Consejo Europeo, luego de la aprobación del acuerdo. Sin embargo, también existen descontentos, principalmente entre organizaciones climáticas y de activismo ambiental. De acuerdo con El País,  La Red de Acción Climática pidió “más ambición”, mientras que William Todts, director ejecutivo de Transport & Environment, aseguró que no podían aceptar que «algo llamado EU Next Generation invierta el 70% de sus fondos en la economía de una generación anterior mientras pide a los jóvenes europeos que paguen la factura”.

Por su parte, la activista sueca Greta Thunberg señaló que el Plan de Recuperación no hace lo suficiente para abordar la crisis climática. » [los líderes europeos] todavía niegan e ignoran el hecho de que enfrentamos una emergencia climática, y ésta aún no es tratada como una crisis», afirmó en una entrevista con The Guardian. Ante las críticas, los funcionarios señalaron que cerca del 30% de los fondos del paquete de recuperación y del presupuesto 2021 – 2027 se destinarán a programas con fines climáticos, aunque dieron pocos detalles. Según señaló el medio español, fuentes comunitarias afirmaron que los países pueden destinar el dinero recibido a fortalecer sus planes de recuperación y resiliencia, si así lo desean.

El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, durante la sesión plenaria del PE sobre la reunión extraordinaria del Consejo Europeo del 17 al 21 de julio de 2020. Foto: Unión Europea.

Más allá del Plan europeo de Recuperación Económica, otro punto polémico es el Marco Financiero Plurianual (MFP) – es decir, el presupuesto de la UE para 2021 – 2027 – que, si bien fue aprobado por la cumbre de líderes el pasado 21 de julio, aún debe contar con el visto bueno del Parlamento Europeo (PE) para entrar en vigencia. En un comunicado emitido el jueves 23, el último organismo exigió una serie de modificaciones: «El fondo de recuperación es un paso histórico, pero se ponen en riesgo prioridades a largo plazo de la UE como el Pacto Verde o la Agenda Digital», señalaron algunos eurodiputados.

En un informe contundente, el Parlamento informó que, en las actuales condiciones, no aceptará el acuerdo aprobado por los gobiernos sobre el MFP. Según señala el comunicado de prensa, el organismo rechaza la disminución de fondos para las subvenciones y el recorte en programas de la UE para la transición digital, sanidad, protección climática o cultura, entre otros; así como también la eliminación de las cláusulas relativas a la preservación del Estado de derecho. “Con la luz viene la sombra, y en este caso, tiene la forma de un presupuesto de la UE para el largo plazo muy ajustado”, señaló en respuesta la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von Der Leyen.

Por otro lado, la modificación a la Decisión sobre el sistema de Recursos Propios también es un asunto espinoso – e imprescindible. No sólo requiere la unanimidad del Consejo Europeo (en un primer momento, lograda en la cumbre del pasado 17 – 21 de julio), sino también la aprobación en cada uno de los Parlamentos nacionales de los Estados miembros. En algunos países, puede tratarse de un escenario complicado.

Para ampliar: «El fondo europeo contra la pandemia se enfrenta ahora a retos políticos, legislativos y humanos» (Publicado por El País, el 21 de julio de 2020).

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s