Paz en tiempos de incertidumbre: la importancia de prorrogar el New START

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  • El Nuevo START (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, por sus siglas en inglés) es el único tratado de control de arsenales nucleares vigente entre Estados Unidos y Rusia. En febrero de 2021 expirará, y ambas potencias deben decidir si lo prorrogan (o no) por otros cinco años.
  • Si bien el presidente ruso Vladimir Putin confirmó su intención de extender el acuerdo, la administración de Trump aún no ha explicitado su decisión. Ambos países poseen diferentes posturas: mientras que Washington desea negociar un tratado más amplio, que incluya otro tipo de armamentos y cuente con la participación de China, Rusia está en desacuerdo y considera esta última propuesta como «poco realista».
  • Lo cierto es que las posibilidades de acordar un nuevo régimen de control de armamento nuclear antes de febrero son muy escasas. Prorrogar el Nuevo START, sin embargo, podría otorgarle a los países involucrados una bocanada de aire y sentar las bases para futuras negociaciones.
  • Por el contrario, su no-renovación tendría consecuencias preocupantes para la seguridad nacional de Estados Unidos, de Rusia y de todo el mundo, ya que podría significar un retorno a la competencia nuclear y un aumento de la incertidumbre en un contexto de crisis.
El presidente ruso, Vladimir Putin, y su par norteamericano Donald Trump, en una reunión bilateral mantenida durante el G20 en Osaka, Japón, 2019. Foto oficial de la Casa Blanca, por Shealah Craighead.

Luego de una pausa de más de un año, Estados Unidos y Rusia reanudaron las conversaciones sobre sus arsenales nucleares y la posibilidad de prorrogar el Nuevo START (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, por sus siglas en inglés), que expirará en febrero de 2021. El pasado 22 de junio, el enviado especial del gobierno norteamericano, Marshall Billingslea, y el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, se reunieron en la ciudad de Viena (Austria) para iniciar las negociaciones, en una cumbre que fue calificada como «muy positiva» por la delegación norteamericana.

Sin embargo, si bien Vladimir Putin ya confirmó que está de acuerdo con prorrogar el tratado por otros cinco años, la administración de Donald Trump debe tomar una decisión. En este sentido, existen diferencias entre ambas potencias: mientras que Estados Unidos aspira a incluir a China en las negociaciones, Rusia considera esta posibilidad como «poco realista» y se niega a utilizar su influencia para convencer a Beijin de que acepte la propuesta. Moscú, por su parte, desea incluir en las conversaciones a los arsenales nucleares de Francia y Gran Bretaña, algo con lo que Washington no está muy de acuerdo.

Según detallan diplomáticos y expertos en seguridad, la no-renovación del Nuevo START tendría consecuencias preocupantes para la seguridad nacional de Estados Unidos, de Rusia y de todo el mundo, ya que podría significar un retorno a la competencia nuclear y un aumento de la incertidumbre en un contexto de crisis.

New START: Qué es y por qué es tan importante

Video: Carnegie Endowment.



Firmado en 2010, el Nuevo START (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, por sus siglas en inglés) es el único tratado sobre control de armas nucleares estratégicas vigente entre Rusia y Estados Unidos, luego de que en mayo este último se retirase del Tratado de Cielos Abiertos (conocido como Open Sky Treaty), que permitía a los países miembros sobrevolar los territorios de los otros Estados y realizar fotografías aéreas.

La expresión «armas estratégicas» se refiere a las armas nucleares de alcance intercontinental, que representan una amenaza directa al territorio y a la existencia del otro país. En líneas generales, el Nuevo START limita los arsenales nucleares estratégicos de ambas potencias a 1550 ojivas, 700 misiles desplegados y 800 vehículos de traslado. Su denominación «Nuevo» se debe a que reemplazó al primer Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START I), firmado en 1991 por las administraciones de George H.W Bush y Mijail Gorbachov.

Según detallan el Embajador ruso en Estados Unidos, Anatoly Antonov, y la diplomática norteamericana, Rose Gottemoeller, el Nuevo START jugó un rol central en el mantenimiento de la paz y la prevención de carreras armamentísticas entre los dos países involucrados que, en conjunto, concentran el 90% de las armas nucleares del mundo, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI). En un artículo publicado en Foreign Affairs, ambos funcionarios señalaron que el Tratado permitió reducciones transparentes y verificables de los armamentos nucleares – alrededor de 1/3 hacia 2018 – y garantizó el equilibrio estratégico entre ambos Estados. Asimismo, logró dichos objetivos sin socavar la capacidad de los gobiernos de mantener la disuasión nuclear en el futuro.

Reservas mundiales de armas nucleares en 2018. Gráfico elaborado por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI).

Por otro lado, Antonov y Gottemoeller destacan que el Nuevo START también jugó un rol importante en la construcción de la confianza y la transparencia mutua entre los gobiernos, debido a un sistema de verificación que los autores consideran como «altamente efectivo». Gracias a éste, los equipos de ambos países realizan inspecciones mutuas en sus instalaciones militares e intercambian, al menos dos veces al año, informes con datos completos sobre el estado de sus arsenales nucleares. A su vez, en el caso de existir diferencias o conflictos, existe una Comisión Consultiva Bilateral que permite resolver los desacuerdos.

«En conjunto, el Nuevo START ha demostrado ser un instrumento esencial para fortalecer la estabilidad estratégica y la confianza. Y más allá de los objetivos de seguridad nacional de EEUU y Rusia, le indica al mundo que los dos países están resueltos a reforzar la paz y la seguridad mundial», señalan los funcionarios.

Para ampliar: «Keeping Peace in the Nuclear Age» (Publicado por Anatoly Antonov y Rose Gottemoeller en Foreign Affairs, el 29 de abril de 2020).

Posiciones encontradas

Video: Europa Press.

Ante el vencimiento del Nuevo START en febrero de 2021, Rusia y Estados Unidos tienen tres grandes opciones: negociar un nuevo tratado, prorrogar el vigente por un plazo de cinco años o abandonar el único régimen de control de armas nucleares estratégicas, eliminando toda regulación internacional en la materia. Ante la dificultad de negociar y acordar un nuevo pacto en tan escaso período de tiempo, la extensión del Nuevo START parece la opción más sencilla. Sin embargo, si bien el presidente ruso Vladimir Putin afirmó que su gobierno está de acuerdo con la prórroga, la administración de Donald Trump no ha confirmado su decisión de hacerlo. Esto se debe, en parte, a que Estados Unidos desea incorporar a China en la negociación, algo a lo que Beijín y Moscú se rehúsan.

En efecto, el mes pasado el vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores de China afirmó que aún no es el momento para que el país participe en negociaciones de desarme nuclear; a lo que el enviado norteamericano respondió vía Twitter: «China debería reconsiderarlo. Ser una gran potencia requiere un comportamiento responsable. No más una Gran Muralla Secreta respecto a su arsenal nuclear. Esperamos a China en Viena».

De acuerdo con The Guardian, Washington tiene como objetivo establecer un acuerdo más amplio, que incluya armamento no estratégico, mecanismos más estrictos de verificación y la participación del gigante asiático. Según detalló el medio inglés, países aliados de Estados Unidos están presionando a la administración de Trump para que acepte prorrogar el tratado e incluya a China en futuras negociaciones. «Los aliados quieren que el gobierno extienda el New Start cuánto antes. Les preocupa que el gobierno se esté centrando demasiado en China y no use ese tiempo para prorrogar el tratado», declaró una fuente diplomática al periódico británico.

Rusia, por su parte, se niega a presionar al gobierno de Beijin para que participe en las actuales conversaciones y considera la posibilidad de involucrar al gigante asiático como «poco realista». Según informó Al Jazeera, el vice ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Ryabkov, declaró al finalizar la reunión con sus pares norteamericanos el pasado 22 de junio: «Los Estados Unidos no se movieron de su postura de incluir a China. De nuestra parte, hemos explicado por qué consideramos poco realista la posibilidad de contar con su participación. Y no usaremos nuestra influencia sobre China como quieren los norteamericanos».

El actual representante especial de Estados Unidos para el control de armas, Marshall Billingslea. Foto oficial de la Cancillería de la República de Letonia.

Asimismo, el gobierno de Putin se mostró dispuesto a negociar sobre el control de armamentos nucleares no estratégicos, pero sólo si los líderes norteamericanos consideraban las preocupaciones rusas, a saber: las posibilidades de incluir los arsenales de Francia y Gran Bretaña en las negociaciones y de discutir sobre el sistema de defensa anti misiles de Estados Unidos. Respecto a este último punto, el enviado especial de la Casa Blanca, Marshall Billingslea, afirmó que se trataba de un asunto «innegociable».

Según aseguró The Washington Post, para presionar a Rusia y China de negociar un acuerdo trilateral de control de armas atómicas, en mayo de 2020 las principales autoridades norteamericanas en materia de seguridad nacional discutieron sobre la posibilidad de realizar explosiones nucleares de prueba. Si bien no se llegó a un acuerdo respecto a la posible medida, sus consecuencias podrían ser profundamente desestabilizadoras y provocar graves retrocesos en las negociaciones internacionales de desarme y no – proliferación, como las que Estados Unidos mantiene actualmente con Corea del Norte.

Para ampliar: «Begin With New START, Not a New Arms Race» (Publicado por Dallar G. Kimball en Arms Control Association, junio 2020).

La importancia de la renovación

El presidente ruso, Vladimir Putin, y su par norteamericano Donald Trump, en una reunión bilateral mantenida durante el G20 en Osaka, Japón, 2019. Foto oficial de la Casa Blanca, por Shealah Craighead.

En los últimos años, las relaciones entre Estados Unidos y Rusia han sido tensas debido a múltiples asuntos: las denuncias por interferencias electorales, la expansión rusa hacia Ucrania, Georgia y los países bálticos, las sospechas de ciber ataques y la guerra en Siria, entre otros. En este sentido, la renovación del Nuevo START no sólo contribuiría a recuperar la confianza mutua y a disminuir las tensiones, sino que les otorgaría a ambos países mayor tiempo para negociar un nuevo tratado de control de armas nucleares, algo imposible de hacer en sólo unos meses.

Respecto al último punto, si bien la intención de Washington de incluir a China puede tener cierta lógica – de acuerdo con el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el país está aumentando gradualmente el tamaño y diversificando la composición de su arsenal nuclear – la posibilidad de negociar un tratado trilateral de control de armas atómicas que involucre a Estados Unidos, Rusia y China antes de febrero de 2021 es prácticamente nula. Prorrogar el Nuevo START por cinco años, por lo tanto, podría darle a los países una bocanada de aire y sentar las bases para futuras conversaciones.

Asimismo, según detalla el Council of Foreign Relations, la extensión del Tratado podría reforzar la posición de liderazgo de Estados Unidos en otras áreas vinculadas al control de armamento nuclear, incluso con países hostiles como Corea del Norte, Pakistán o Irán. Además, fortalecería las relaciones de Washington con sus Estados aliados, en tanto le brindaría a estos últimos la garantía de que los misiles norteamericanos continúan protegiéndolos.

Por el contrario, si el Nuevo START expirase, por primera vez en 50 años el mundo se enfrentaría a la inexistencia de un acuerdo vinculante entre los dos mayores arsenales nucleares. Al respecto, Antonov y Gottemoeller señalaron: «Si New START no se extiende, 2021 marcará el inicio de un período de imprevisibilidad. Como resultado, la comprensión de cada lado de los arsenales nucleares estratégicos del otro disminuirá y un déficit de confianza crecerá rápidamente». Además, la falta de información y transparencia podría provocar el inicio de una nueva carrera armamentística, lo que aumentaría a su vez los riesgos de escaladas o ataques accidentales.

En un contexto internacional de gran incertidumbre, en el que los Estados necesitan reforzar la confianza mutua y la cooperación multilateral, la previsibilidad en materia armamentística y de seguridad resulta un pilar fundamental. En este sentido, Rusia y Estados Unidos, como las principales potencias nucleares del mundo, poseen una responsabilidad crucial. Prorrogar el Nuevo START, por lo tanto, no sólo debe entenderse como una medida sujeta a ambiciones o intereses nacionales, sino que más bien se trata de una política en favor de toda la humanidad.

Para ampliar: «New START: The Future of U.S.-Russia Nuclear Arms Control» (Publicado por Brian L. Sittlow en Council of Foreign Relations, el 28 de enero de 2020).

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